viernes, noviembre 16, 2007

Lecciones de oficina IV: La hora de la novedad

En realidad, este post es para alertar a la comunidad esclava del escritorio, la camisa y la corbata [uups, hoy vengo de playera y tennis ;-)] acerca de una técnica despiadada, inhumana y gandalla utilizada por los jefes para hacernos permanecer en la oficina más tiempo del debido.

Lo sé, lo sé, les han dicho que ese tipo de gente no existe, que es una leyenda urbana, pero señores, siento mucho decepcionarlos: si existen!!

Aproximada mente 30 minutos antes de la hora de la salida comenzarán a percibir un olor a azufre [chequen bien, no vaya a ser que doña chonita cocino ese día con diesel]. Penumbras surgirán por toda la oficina, una música tétrica susurrará en sus oídos [algo de Gloria Trevi o RBD] en ese momento su jefe, torturador o verdugo inmediato superior hará su aparición con una lista interminable de cosas que quiere que hagan antes de abandonar el recinto laboral.

Inmediatamente escucharán una voz de lamento que estremecerá sus entrañas [extrañas como decía la chimoltrufia]: La hora de la novedad presenta [como locutor de La hora nacional, o si son más dramáticos al estilo de la llorona]. En ese momento ya no queda nada por hacer, han sido víctimas de La hora de la novedad.

No hay antídoto diseñado contra este mal. Tampoco los libros de administración de Harvard tocan el tema. Lo único que podemos hacer es seguir el instinto humano de conservación, lo mismo que sucede cuando sentimos el peligro, cuando nuestra vida pende de un hilo: correr por nuestras vidas!!

También podría funcionar esconderse, lo que puedan. Lo importante es que queden fuera de la vista del cazador, no sean presa fácil, no se entreguen. Luchen por su vida. Espero que logrén sobrevivir.

Cámaras!!!

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