miércoles, noviembre 14, 2007

México, ya ponte a dieta

Nuestra cultura se caracteriza por la pachanga, y en cada reunión, no importa cual sea el fin, aunque sea un velorio, siempre habrá algo en común: La comida.

Es parte de nuestra sociedad, recuerden a su abuelita cuando los obligaba a comerse todo. O cuando llegaba alguna visita a la casa, que es lo primero que se hace? ofrecerle de comer.

Pues esa marca cultural desafortunadamente ha dado frutos, porque según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, somos el segundo país más lonjudo del planeta[ya decía que por tanto panzón rodando por la calle nos tenían que dar un premio, por lo menos un Guinness y si no creen miren a su servilleta]. Y como con muchos de los problemas que vemos en nuestro amado país, surge la pregunta: ¿Por qué no hicimos algo a tiempo?, la cual puedo hacerme yo mismo en este momento: ¿Porque no hice algo a tiempo por mi salud? Por si no saben he pasado últimamente por problemas de salud, que me obligaron a ponerme a dieta. No me puse a dieta voluntariamente, me pusieron a dieta, a mi me encanta la comida, es parte de mi cultura personal pero creo que no he sido consiente de los problemas que acarrea una alimentación desordenada como la que he llevado últimamente.

Tanto en mi caso como en el de México no se puede regresar el tiempo, pero podemos de aquí en delante mejorar nuestros hábitos, y lo que es más importante, cultivar hábitos en los niños y las generaciones más jóvenes.

Yo sé que es difícil para un trabajador que gana poco más que el salario mínimo alimentar a todos los chamacos que se atrevió a tener, y la solución más sencilla es llenarlos de tortillas y frijoles, pero eso resulta en que, como dice una de mis tías, terminamos bien maizados.

Dice la Secretaria de Salud que 58 millones de mexicanos estamos en riesgo de salud a causa de la obesidad, y no se porque me alarma esto, simplemente con salir a la calle al ver a la gente, y a la calidad de alimentos que se consumen comúnmente debe ser sentido comun que todas esas carnitas, tacos de suadero, guajolotas, barbacoa, etc, etc, va a terminar en algún lado, pero pocas veces pensamos que puede terminar en nuestros estomagos con dimensiones agregadas, y en el peor de los casos en nuestras arterias y corazón.

Este es un asunto de amor propio. Lo que me hizo decidir a mi el modificar mis hábitos fue un golpe fuerte, porque esperar a que esto pase si se puede solucionar a tiempo, y no es nada que la buena alimentación no pueda solucionar, es un cambio de cultura y de mentalidad.

Y en el caso de los niños pues es el mejor momento que tenemos de inculcarles una cultura de amor por su cuerpo, de una buena alimentación.

Así que tiren lo que se estén comiendo en este momento y cómprense una ensalada que esto es cosa seria.

Cámaras!!!
Via Vivir México

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